Los humanos podrían desarrollar un sexto sentido, dicen los científicos

Los científicos de Japón han demostrado que los humanos pueden tener un sexto sentido: la ecolocalización.

Ecolocación humana: ¿pueden “ver” los ciegos a través del oído? | FOAL

Los seres humanos tienen algunos sentidos seriamente limitados. No podemos oler tan bien como los perros, ver tantos colores como el camarón mantis o encontrar el camino a casa usando los polos magnéticos de la Tierra como las tortugas marinas. Pero hay un sentido animal que pronto podríamos dominar: la ecolocalización similar a la de un murciélago.

Científicos de Japón demostraron recientemente esta hazaña en el laboratorio, demostrando que los humanos pueden usar la ecolocalización, o la capacidad de localizar objetos a través del sonido, para identificar la forma y rotación de varios objetos. Eso podría ayudarnos a «ver» sigilosamente en la oscuridad, ya sea que estemos bajando las escaleras para tomar un refrigerio de medianoche o dirigiéndonos al combate.

A medida que los murciélagos se abalanzan alrededor de los objetos, envían ondas de sonido agudas desde distintos ángulos que rebotan en diferentes intervalos de tiempo. Esto ayuda a los pequeños mamíferos a aprender más sobre la geometría, la textura o el movimiento de un objeto.

Si los humanos pudieran reconocer de manera similar estos patrones acústicos que varían en el tiempo, podría expandir literalmente cómo vemos el mundo, dice Miwa Sumiya, Ph.D., la primera autora del nuevo estudio , que aparece en Plos One.

Nariz, ojos y oídos en placas de Petri, renderizado 3d

«Examinar cómo los seres humanos pueden adquirir nuevas capacidades sensoriales para reconocer entornos utilizando sonidos [es decir, ecolocalización] puede conducir a la comprensión de la flexibilidad del cerebro humano» , explica Sumiya, investigadora del Centro de Información y Redes Neuronales de Osaka, Japón. Pop Mech. «También podemos obtener información sobre las estrategias de detección de otras especies [como los murciélagos] comparándolas con el conocimiento adquirido en estudios sobre ecolocalización humana».

Para probar esta teoría, el equipo de Sumiya creó una configuración elaborada. En una habitación, los investigadores les dieron a los participantes un par de auriculares y dos tabletas diferentes, una para generar su señal de ecolocalización sintética y la otra para escuchar los ecos grabados. En una segunda sala (no visible para los participantes), dos cilindros 3D de formas extrañas rotarían o se quedarían quietos.

configuración de prueba con cabeza de maniquí y tabletas

Cuando los participantes tocan las tabletas Android, se emite una señal de ecolocalización sintética desde un altavoz (líneas rojas). Los sonidos binaurales grabados, cuyo tono se convierte a 1/8 del original bajando la frecuencia de muestreo, se presentan a los participantes a través de auriculares (líneas verdes).

Cuando se les solicitó, los 15 participantes iniciaron sus señales de ecolocalización a través de la tableta. Sus ondas de sonido se liberaron en pulsos, viajaron a la segunda habitación y golpearon los cilindros 3D.

Se necesitó un poco de creatividad para transformar las ondas sonoras en algo que los participantes humanos pudieran reconocer. «La señal de ecolocalización sintética utilizada en este estudio incluyó señales de alta frecuencia de hasta 41 kHz que los humanos no pueden escuchar», explica Sumiya.

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